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¿Redes sociales una adicción?


¿No puede pasar un día sin Facebook o Twitter? ¿Se le queman las manos cuando tiene cerca su smartphone o tabletpor actualizar sus redes sociales? Tenga cuidado, ya que la ansiedad por estar viendo cada rato sus redes sociales puede hacerle sentir inseguro y frustrado, un mal que va en ascenso, según un nuevo estudio dado a conocer este fin de semana por la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford en el Reino Unido.
La investigación realizada a cientos de usuarios de las redes sociales reveló que más de la mitad de ellos admitió que Twitter y Facebook, entre otros, han cambiado su comportamiento, y la mitad de éstos dijeron que sus vidas habían sido alteradas para mal.

Relegados

Por lo general, los que sufrieron un impacto negativo de los medios sociales dijo que su confianza cayó después de comparar sus logros con los de sus amigos en línea, o si tal o cual persona les escribe a sus amigos y no a ellos.

Dos tercios dijeron que habían encontrado dificultades para relajarse por completo o para dormir después de pasar el tiempo en sus redes sociales, mientras que un cuarto de ellos señaló que se había quedado con dificultades en sus relaciones o el lugar de trabajo después de iniciar algún tipo de plática con confrontación en estos sitios de internet.

La investigación, que fue dada a conocer ayer por la mañana, también demostró el poder adictivo de internet: 55 por ciento de los encuestados señaló que se sentía “preocupado o molesto” cuando no podía acceder a sus perfiles de Facebook, Twitter o correo electrónico.

Más de 60 por ciento de las personas dijeron que se sentían obligadas a apagar los aparatos electrónicos con el fin de tener un descanso, mientras un tercio de los entrevistados afirmó que apagaba y prendía los dispositivos varias veces al día.

“Si están predispuestos a la ansiedad, parece que las presiones de la ley de la tecnología son un punto de inflexión, por lo que las personas se sienten más inseguras y abrumadas”, señaló en el documento Nicky Lidbetter, de la Sociedad Benéfica contra la Ansiedad de Reino Unido, que se encargó de la encuesta.


Tan fuerte como las adicciones
Linda Blair, sicóloga clínica que fue consultada por The Daily Telegraph, dijo: “Creo que una de las claves es que la gente ha empezado a comportarse como si la tecnología los controlara, en lugar de ser al revés. Podemos dejar de lado o apagar los aparatos, pero muchos de nosotros preferimos no hacerlo”, agregó.

En 2011, un estudio encontró que apagar los teléfonos móviles, evitar internet y dejar de mirar o escucar la televisión y la radio puede causar en millones de personas síntomas similares a los observados a las adicciones.

Otros estudios indican:

 Cada vez más personas utilizan el Facebook, Tuenti, Myspace y otras tantas redes sociales. Mucha gente con tiempo libre o incluso durante el trabajo está enganchada a estos servicios, pero de la simple afición es fácil pasar a una adicción real en algunos casos.
Ya hablamos en su momento de la adicción al WOW -que según veo por los comentarios que dejasteis es mucho más nociva- pero por los millones de gente que se conectan al Facebook era de preveer que algunos incluso lleguen a necesitar ayuda psicológica para desengancharse.
En mi opinión todo esto tiene mucho que ver con la necesidad de aprobación del ser humano, Esperar que alguien te tenga en cuenta con un comentario suele ser el incentivo de que los adictos estén continuamente revisando su perfil ¿que opináis vosotros? Para ilustrar el tema os dejamos este artículo sobre una clínica Italiana que ya ofrece ese servicio:
"En el momento en el que el uso de Internet interfiere en las actividades diarias de un modo significativo es cuando puede ser considerado patológico. Según un estudio, existen dos grupos de jóvenes que corren el riesgo de sufrir adicción a Facebook y otras redes sociales: aquellos con baja autoestima y los que buscan emociones fuertes.
La red social Facebook cuenta ya con 130 millones de usuarios en todo el mundo y ha llegado a superar a Google como página más visitada en Estados Unidos.

Se pueden compartir fotos, noticias, recuperar el contacto con amigos del pasado o enviar de forma sencilla invitaciones a eventos, entre otras muchas interacciones posibles. Sin embargo, según el porcentaje que barajan diferentes estudios, podría haber en torno a tres millones de personas que han convertido el uso de esta página web en una «dependencia».

Un decálogo elaborado por un grupo de fanáticos de la red social perfila los síntomas del internauta «enganchado»: «Su fotografía del perfil ha llegado a formar parte del esquema corporal del adicto a Facebook. Cree que realmente se ve como esa imagen, la mejor, en todo momento». «Una de las máximas realizaciones en la vida personal y social de un adicto es que alguien le desee "feliz cumpleaños" en su muro. Si logra tal cosa, siente que ya ha vivido lo suficiente», dice otra de las premisas.

«Si esto es sólo para matar el aburrimiento», justifica un internauta. Otros, sin embargo, reconocen el peso de las redes sociales en sus vidas: «Tengo que escribir con mayúsculas porque tanto “face” me tiene medio ciega, es una pandemia», ironiza una usuaria de la red social. Son algunos de los comentarios registrados en el grupo «Mi adicción a Facebook me está preocupando… y mucho…».

«Sí, lo admito, soy culpable pero es la consecuencia de no tener trabajo», reconoce una incondicional para quien otro internauta tiene la réplica: «Gracias a él se pasan más rápido las aburridas horas de trabajo este mes». Otros prefieren banalizar la situación: «¿Y cuándo van abrir una clínica para políticos adictos al poder ?».


Cuando una actividad pasa a ser patología

Los expertos reconocen ciertas analogías entre la adicción a Internet y el juego patológico, la adicción al tabaco, el alcoholismo o las compras compulsivas, con la salvedad de que en una persona «enganchada» a las redes sociales no existe una sustancia responsable de la conducta adictiva.

El psiquiatra Federico Tonioni explica que «el uso patológico de Internet provoca síntomas físicos muy similares a los que manifiestan los toxicómanos en crisis de abstinencia», que se traducen en ansiedad, depresión y miedo de perder el control de lo que ocurre en Internet. Los síntomas: pérdida de las relaciones interpersonales, cambios de humor, alteración de la percepción temporal, empleo compulsivo del medio, el 'fetichismo tecnológico', la privación del sueño y problemas físicos de diversa naturaleza como dolor de espalda, vista cansada, etc.

La línea que separa un hobby de una adicción es muy delgada.  Una persona que se sienta fascinada por las redes sociales, donde invierte cantidades ingentes de tiempo con la posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y comunicarse estaría dentro de las pautas que conlleva cualquier otra afición. Los problemas surgen en el punto en que se traspasa el uso de la tecnología y aparecen las consecuencias derivadas directamente de la actividad.
Según el catedrático Enrique Echeburúa la adicción llega cuando esa afición «interfiere en tu vida cotidiana o no se busca esa conducta para pasarlo bien, sino para no pasarlo mal».

Perfil del «adicto»

Las adicciones relacionadas con la Red se agrupan en cinco tipos: la sexual (dependencia del sexo virtual o la pornografía), la relacional (relativa a las redes sociales), la compulsiva (adicción a los juegos de azar, las compras, etc), la adicción a las descargas (búsqueda compulsiva de información) y la dependencia de los ordenadores (relacionada con los videojuegos).

En general, en el caso de las redes sociales el perfil del adicto es un joven, varón, con un elevado nivel educativo y cultural, y habilidoso en el uso de la tecnología informática. Se apunta a la timidez como uno de los rasgos habituales, ya que el sujeto encuentra en el ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato que proporciona Internet.

El profesor de psicología John Suler señala  en esta línea que aquellos que frecuentan los foros, chats y redes sociales tienen en común la búsqueda de estimulación social. Las necesidades de filiación, de ser reconocidos, poderosos o amados subyacen a este tipo de utilización de la Red.

Cómo «desengancharse»

Los adictos al chat, las redes sociales o al email pueden mejorar súbitamente en el momento en que sus necesidades de comunicación en la vida real aumenten o bien cedan las circunstancias que las restringen.

Una de los numerosos departamentos médicos que van arreciando para tratar al «ciber-adicto» se encuentra en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma. Los pacientes acuden sólo durante el día a un ambulatorio en el que se sigue un riguroso protocolo de intervención.


El objetivo siempre es reinsertar progresivamente al enfermo en un   grupo de rehabilitación para «reactivar su contacto con la vida y con los demás». No en vano, el abuso de la Red ha podido arrastrar al paciente a la creación de una identidad ficticia, el aislamiento social y hasta a la obesidad derivada del sedentarismo, entre otras consecuencias.

 Estudios de una Noruega

¿Tu adicción a Facebook merece atención clínica? Descúbrelo respondiendo estas 6 preguntas
La apabullante presencia de Facebook en nuestros días hizo pensar a la investigadora noruega Cecilie Schou Andreassen que puede existir una adicción a Facebook similar a la que se desarrolla con el juego.

La presencia de Facebook en la vida cotidiana contemporánea es innegable. Con millones de usuarios en todo el mundo, de todos los idiomas y culturas, esta red social basa su éxito en la interacción a veces obsesiva que se establece con su interfaz: a todas horas, en cualquier momento, desde cualquier lugar, con los propósitos más banales.

Recientemente la investigadora noruega Cecilie Schou Andreassen, de la Universidad de Bergen, publicó un estudio en el que concluyó que Facebook puede provocar una adicción del mismo tipo que el juego, con los mismos síntomas y efectos perniciosos que se han documentado de sobra en la ludopatía y, en general, en las adicción que dañan a quien las desarrolla.

Así, según Andreassen, la adicción malsana a Facebook cumple con los seis componentes elementales de este tipo de comportamientos, a saber:

1. Prominencia: la actividad domina el pensamiento y la conducta

2. Modificación del ánimo: la actividad modifica o mejora el ánimo

3. Tolerancia: la actividad se realiza cada vez más para obtener los efectos iniciales

4. Retirada: surgen sentimientos desagradables cuando la actividad es discontinua o súbitamente reducida

5 Conflicto: la actividad genera conflictos en las relaciones con otras personas y actividades

6. Recaída: tendencia a revertir los primeros patrones de actividad luego de abastenerse o haberse controlado


Sin embargo, a diferencia de otras adicciones, en la que pude provocar Facebook es un tanto difícil medir el nivel en que se encuentra. Por ello la investigadora desarrolló la “Escala Bergen de Adicción a Facebook”, una tabulación que con 18 preguntas arroja un diagnóstico acertado sobre la dependencia que se tiene hacia la susodicha red social. Asimismo, de estas 18, son 6 las que indican con mayor acierto este comportamiento, ya que se relacionan con los componentes de una adicción que acabamos de mostrar. Las respuestas que admiten estas preguntas son: casi nunca, pocas veces, algunas veces, frecuentemente y siempre.


Así que, adelante, sea por entretenimiento o por verdadera preocupación del grado de dominio que tiene Facebook sobre tu vida, te invitamos a responder este test. Entre paréntesis se encuentra el componente de la adicción correspondiente.

En el último año, qué tan seguido has…

dedicado mucho tiempo a pensar en Facebook o planeado usar Facebook (Prominencia)

utilizado Facebook para olvidar problemas personales (Modificación del ánimo)

sentido una urgencia por utilizar Facebook cada vez más (Tolerancia)

sentido inquietud o disgusto porque tengas prohibido utilizar Facebook (Retirada)

utilizando Facebook tanto que haya tenido un impacto negativo en tu trabajo o tus estudios (Conflicto)

intentando dejar Facebook sin conseguirlo (Recaída)

Como se ve, el cuestionario es bastante sencillo e incluso podría utilizarse para casi cualquier adicción. Quizá por eso algunos críticos, como Mark Griffiths, psicólogo de la universidad inglesa de Nottingham Trent, señalan que el verdadero asunto aquí no es saber qué tan adicta es una persona a Facebook, sino por qué es adicta: asomarse a los verdaderos motivos que esa adicción intenta encubrir.


Más estudios y cuestionarios:

Sabemos que las búsquedas de adicción a Facebook superan las búsquedas de acción al cigarro, lo que nos hace suponer que la obsesión con Facebook crece cada día más, incluso expertos señalan que 350 millones de usuarios de Facebook padecen FAD (Facebook Adiction Disorder), casi la mitad de los usuarios.

Si te parece que estamos exagerando, no dejes de revisar las siguientes señales para ver si es que tú también eres adicto a Facebook.


1. En vez de prepararte café en la mañana, empiezas el día con tu laptop o smartphone para ingresar a Facebook.

2. Te encuentras fantaseando con qué publicar de estado en tu perfil de Facebook mientras compartes besos con tu pareja.

3. Has llegado tarde a muchos sitios por tu incapacidad de cerrar Facebook.

4. Tus amigos de Facebook tienen que saber cada vez que vas al baño y lo que haces allí.

5. Tu único medio de comunicación con tus amigos y familiares es vía Facebook.

6. Te has metido a un curso de fotografía sólo para tus fotos de Facebook sean el tema de conversación de tu grupo de amigos.

7. Haces lo que sea por tener más amigos en Facebook que cualquier otro usuario.

8. Has pensado contratar un detective privado porque no logras encontrar ese viejo amigo en Facebook.

9. Cuando peleas con tu pareja rápidamente piensas en cambiar tu estado sentimental en Facebook.

10. Renunciaste a tu trabajo porque tu empleador bloqueó Internet.

11. Eres tan adicto a Facebook que pareces un vampiro de “Twilight” porque no ves la luz del día.

12. Te has vuelto mudo porque ya no utilizas el habla para comunicarte, sino usas Facebook.

13. Haces de todo para no dormirte con tal de seguir en Facebook.

Si te identificas con alguna de estas señales definitivamente sufres de FAD, bienvenido al club.

Si eres adicto a Facebook, no te preocupes mientras permitas que tus dedos descansen para que no te dé artritis y chequeas el mundo real de vez en cuando, puedes seguir divirtiéndote.

Si necesitas encontrar más gente como tú existen más de 500 grupos para Adictos en Facebook, en los que la gente comparte y se ríe de su dependencia.

No dejes de compartir tus experiencias con la adicción a Facebook, eres uno o conoces a alguien que sí? Coméntalo